Si imaginamos un centro de datos como un organismo vivo, sus servidores podrían ser el cerebro, ya que procesan millones de datos por segundo; los sistemas de refrigeración serían los pulmones, encargados de mantener la temperatura adecuada para evitar un colapso; y quizá los generadores se podrían identificar como un corazón de emergencia preparado por si el sistema principal falla. Efectivamente, un centro de datos está conformado por infinidad de elementos, igual que ocurre con el cuerpo humano. Todos ellos, en su conjunto, permiten que este funcione, incluso cuando se produce un gran ‘susto’, tal como ocurrió con el apagón del pasado mes de abril.
Este corazón de respaldo, o corazones -puesto que con la certificación Tier IV, Kumo cuenta con una filosofía de redundancia y, por lo tanto, todo está duplicado (2N)- permiten al data center seguir ‘latiendo’. En el caso de que se produzca algún fallo en el suministro eléctrico, se ponen en marcha en cuestión de segundos, permitiendo que el «organismo» (data center) siga funcionando sin interrupciones. El fallo de un componente no puede traducirse en la caída del servicio. Todo está diseñado bajo la premisa de la resiliencia y la disponibilidad continua, por lo que sería ‘imposible’ plantear su actividad sin ellos.
Tal como indican desde el departamento de Infraestructuras de Kumo, los dos generadores, preparados para clima desértico, que hay -tanto en Murcia, como en Valencia- tienen capacidad para abastecer el centro de datos de forma unilateral durante 5 días y ambos son de 2,4 megavatios. Como anécdota, es el más grande que fabrica la empresa Caterpillar sin embarcar, es decir, el siguiente más grande que tiene en catálogo ya está concebido para barcos. Para asegurarse de que el funcionamiento de estos es correcto, el equipo de Infraestructuras realiza simulacros de fallo eléctrico bajo condiciones controladas. Por eso, se llevan a cabo pruebas específicas de los grupos electrógenos mediante el banco de carga del data center. Estas acciones permiten comprobar la capacidad real de respuesta de los equipos de respaldo ante una eventual interrupción del suministro eléctrico externo.
Asimismo, en los centros de datos de Kumo, los generadores están junto a sus propios depósitos de gasoil que son los que les facilitan ‘la energía’ que necesitan. Estos, que sirven como apoyo, están sometidos también a estrictos controles para que todo funcione y, por eso, se consume periódicamente cierta cantidad de combustible. Asimismo, cabe destacar que en el centro de datos de Valencia también hay una novedad sostenible: está previsto que el aceite del generador se caliente con el calor excedente de la refrigeración. Normalmente suele hacerse a través de resistencias, hecho que dispara el consumo.
De esta forma, los generadores se convierten en esa garantía de continuidad que no puede fallar. Su latido es discreto, casi imperceptible en el día a día, pero absolutamente vital cuando más se les necesita. Gracias a este corazón de respaldo, los centros de datos de Kumo siguen latiendo, incluso en el peor de los escenarios.

