La latencia es el tiempo de espera que transcurre, por ejemplo, desde que haces clic en un vídeo de YouTube hasta que este empieza. Esos milisegundos que transcurren hasta que se reproduce están directamente relacionados con el viaje que realizan los datos desde el origen hasta el destino. En ocasiones, es cierto que la ‘’acción’’ puede retrasarse dependiendo de factores como la ubicación -a medida que los datos viajan mayores distancias, la latencia aumenta- o el medio por el que lo hace -no es lo mismo el uso de cableado de cobre, que los cables de fibra óptica, por ejemplo-. De esta forma, reducir la latencia puede ser complicado, pero no imposible, por lo que hay que aspirar a esa ‘latencia cero’ ideal.
Los beneficios de la ‘’latencia cero’’ a la que se hace referencia en el texto son evidentes: mayor productividad ya que las aplicaciones responden de forma instantánea; una mejor experiencia de usuario sin apenas retrasos; una ventaja competitiva y una optimización de recursos ya que menor tiempo de espera significa mayor eficiencia.
El objetivo, en la práctica, es conseguir la latencia cero, aunque los expertos apuntan a que siempre hay algo de ella. Para que esta sea mínima, la solución podría ser más sencilla de lo que imaginamos: contar con un centro de datos cerca reduce la latencia ya que, si el servidor con los datos está en otro continente, los milisegundos se suman. Además, cuantos menos ‘saltos’ de red se produzcan, mejor, ya que tu petición pasará por menos routers o proveedores intermedios. Asimismo, una infraestructura como un centro de datos utiliza unos mecanismos que sirven para reducir todavía más la latencia. Por eso, contar con un centro de datos cerca de nuestro entorno es una garantía para que no te desesperes mientras carga y se reproduce el capítulo de Netflix.
Kumo, presente en dos comunidades autónomas
¿Qué impacto tiene que los centros de datos de Kumo estén ubicados en Murcia y en Valencia? Contar con un centro de datos en estas ciudades conlleva que, prácticamente todos los clientes, estén ubicados en el levante español o no, tengan tiempos de respuestas mucho menores comparado con data centers en otros puntos, hecho especialmente ventajoso para aplicaciones que se utilizan en tiempo real (finanzas, sanidad, educación…). Es decir, en lugar de 40-60 ms si el servidor estuviera en Frankfurt, Dublín o Estados Unidos, las entidades que apuestan por Kumo acceden con respuestas de 10-20 ms. Asimismo, al estar dentro de la misma zona geográfica y bajo el mismo operador, la ruta de red está más controlada y es más estable. Esto reduce también la variabilidad (jitter) que es importante para evitar la latencia en servicios de voz, vídeo o transacciones financieras.
En definitiva, elegir los centros de datos de Kumo supone una ventaja competitiva tecnológica. Además, en la política sostenible que atraviesa toda su actividad está muy presente la minimización de su impacto medioambiental, por lo que apostar por sus infraestructuras es hacerlo por un servicio de calidad que conlleva una latencia cero casi real…

